Nosotros

OVOLPE se fundó porque no existe ninguna organización que abogue por ajustar el número de individuos de la especie humana en relación con los recursos y la sostenibilidad medioambiental, estableciendo al mismo tiempo la prosperidad para todas las personas. La única medida éticamente justificable y la más eficiente para lograr una sociedad en la que todas las personas vivan en prosperidad sin sobreexplotar los recursos disponibles ni destruir el medio ambiente es el control global de la natalidad. También es la medida que, en comparación con otras opciones, impone menos restricciones y limitaciones a la libertad. OVOLPE pretende difundir esta visión y hacerla aceptable.

¿Sabía que la población mundial se ha más que triplicado desde 1953 hasta 2023 (70 años = una vida humana)? Cada vez son más las personas que necesitan alimentos, agua y espacio vital. Al mismo tiempo, consumimos demasiados recursos y contaminamos la naturaleza. Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde.

La educación es una de las herramientas más importantes para mejorar las condiciones de vida en todo el mundo. Por desgracia, especialmente las mujeres de algunos países siguen sin tener acceso a la educación o incluso se les impide activamente asistir a la escuela o aprender una profesión. Por eso OVOLPE trabaja para mejorar el acceso de las mujeres a la educación y a la vida profesional.

Además de la educación, el acceso a los anticonceptivos es otro factor importante. La disponibilidad de anticonceptivos y métodos de libre elección, seguros y eficaces, combinada con una educación adecuada, permite a las personas controlar si quieren formar una familia y cuándo. Esto también sienta las bases para lograr una estabilidad económica suficiente antes de formar una familia.

Nos esforzamos por mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. Esto incluye también la protección del medio ambiente. Pero además, entre otras cosas, contrarrestar el cambio climático y la extinción de especies.

El derecho humano a elegir libremente el número de hijos contrasta con otros derechos humanos como el derecho a la alimentación, a la educación, a la integridad física, al trabajo y a una remuneración adecuada, a la protección de la infancia, a la educación, a la participación en la vida cultural, etc.

Todos estos derechos humanos y muchos más solo pueden establecerse si se dispone de recursos suficientes. Los derechos humanos se hacen realidad a través de leyes y reglamentos. En opinión de OVOLPE, todos los demás derechos humanos que pueden resumirse bajo el término genérico de prosperidad solo pueden aplicarse en una sociedad en la que el número de individuos sea manejable y se disponga de recursos suficientes.

Según OVOLPE, para alcanzar este estado real es necesaria una regulación global de la natalidad que limite la población humana a un nivel adaptado a la producción, los recursos y el progreso tecnológico.

Por lo tanto, OVOLPE aboga por un pequeño ajuste de un derecho humano, a saber, que la libre elección del número de hijos se ajuste en función de la situación.

No hay nada malo en las religiones que se practican en coexistencia pacífica y con tolerancia hacia las personas de otras creencias. Al contrario, una fe es incluso importante y útil para muchas personas y da sentido a sus vidas.

En las 5 grandes religiones del mundo, cristianismo, islamismo, hinduismo, budismo y judaísmo, se concede un valor muy alto a la familia, además de a la deidad o deidades respectivas. Y con razón, ya que la familia es, al fin y al cabo, la base de la civilización humana. Una familia está formada por los padres y, en la mayoría de los casos, también por los hijos. Estas familias deben prosperar en un entorno pacífico y humano y en la prosperidad. Esto incluye vivienda, alimentación suficiente, trabajo, actividades de ocio, etc. y, sobre todo, una educación adecuada para los hijos.

OVOLPE apoya la idea de Dios y la familia con uno o varios hijos, siempre que se disponga de los recursos necesarios y no se abuse de este modelo en aras del poder. Predicar "multiplicaos" cuando no hay suficientes alimentos, materias primas, infraestructuras ni escuelas y el motivo es aumentar el número de seguidores religiosos es irresponsable.

Esto no era posible en la era preindustrial en la que surgieron las religiones del mundo. Por un lado, solo era posible controlar hasta cierto punto el número de descendientes. Por otro lado, la descendencia era necesaria para asegurar la alimentación, así como para construir infraestructuras y, en el mejor de los casos, generar prosperidad. Por tanto, tener muchos hijos era una bendición como mano de obra. En el mundo moderno, tenemos máquinas que sustituyen a muchos trabajadores. Además, cada vez hay más infraestructuras ya construidas. Lógicamente, por tanto, se necesitan menos trabajadores y, en consecuencia, menos niños.

Hoy en día, "multiplicaos" al azar conduce a la pobreza, la infelicidad, el caos y la violencia y, en el peor de los casos, hará inhabitable nuestro medio de vida, el planeta Tierra. OVOLPE dice que formes una familia y te multipliques si estás en condiciones materiales de hacerlo. Deberían poderse prever una buena educación y una vida feliz para los hijos, sin pobreza. Los líderes religiosos deberían condenar y denunciar los motivos oscuros (ganar poder, beneficios materiales) para la multiplicación. Se debe abogar por familias con hijos en armonía con la naturaleza, sus criaturas y en armonía con los recursos disponibles.